A finales de 2012, el informe Doing Business publicado por el Banco Mundial señalaba que España está en el puesto 136 en cuanto a facilidad para crear una empresa. Por delante, Namibia, Kosovo o Sudán, entre otros 135.
El informe indica que España ha tomado medidas para mejorar en la clasificación: por ejemplo, modificar su ley de quiebra e hizo el comercio transfronterizo más sencillo.
En el mismo sentido, el informe reconoce que el Gobierno español reformó la legislación laboral. Asimismo, destacan que España ha tomado 17 medidas desde 2004 enfocadas a facilitar la creación de una empresa. De momento, ha servido para reducir las distancias con el resto de la Unión Europea, pero, ¿es suficiente? A tener de la clasificación, parece que no.
El coste
En España, hacerse autónomo cuesta entre 180 y 300 euros al mes, aunque con la 'tarifa plana' anunciada por el Ministerio de Empleo, podría reducirse a 50 euros durante los primeros seis meses.
En cambio, por el mismo concepto, en Reino Unido se paga solo una cantidad mensual que oscila entre los 12 y los 56 euros, como señala pymesyautonomos.com. En Francia, directamente, no se paga durante el primer año como autónomo (aunque se suma a partir del segundo año). Por último, en Alemania la cuota es de 140 euros, pero los profesionales que ganen menos de 1.700 euros quedan exentos de pagar la cuota. Por el contrario, deben sumar un seguro obligatorio de salud que ronda los 200 euros mensuales.
Burocracia
Pero la economía no es el único aspecto a tener en cuenta, sino que también debemos valorar la burocracia asociada, sobre todo por los tiempos de espera que eso supone. En España existe un déficit importante en este aspecto y es que la existencia de numerosas administraciones complica la burocracia enormemente, aunque el Ejecutivo trata de arreglar este aspecto con la nueva Ley de Unidad de Mercado.
En cambio, en Francia únicamente hay que rellenar un documento, un proceso que incluso puede realizarse de manera online, lo que reduce enormemente los plazos. Para el pago de la seguridad social también existe un modelo unificado, lo que reduce el riesgo legal y la complejidad.
En Reino Unido es aún más rápido, pues basta con ingresar una libra en una cuenta colectora, y en 24 horas ya tienes tu propia empresa.
Asimismo, en ambos casos, se protege más el patrimonio de los empresarios, que, salvo negligencia, pueden salvar en el caso de que se produzca una quiebra. En España, por el contrario, en la mayoría de los casos los emprendedores se ven forzados a responder con su patrimonio personal para conseguir la financiación necesaria para montar tu propio negocio.
Capital necesario
En cuanto el capital necesario para constituir es España es de 3.005,06 euros para una SL, mientras que en Francia solo se necesita un euro y en Reino Unido nada. En el caso de las Sociedades Anónimas en nuestro país se requieren 60.101,21 euros, muy por encima de los 37.000 de Francia, y un poco por encima de los 57.245 que requieren en Reino Unido.
En este caso, Alemania y Austria salen peor paradas, pues la primera exige 25.000 euros para crear una Sociedad Limitada (50.000 para una SA) y en el segundo 35.000 en una SL y 70.000 en una SA.
De esta manera, se confirman las dificultades que los emprendedores encuentran en España, muy superiores al resto de países, a pesar de que el Ejecutivo trata de simplificar el proceso.
El Economista.es
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