Relanzamiento profesional...¿realidad o mito?

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Analizando las circunstancias del mercado laboral español actualmente no tarda uno demasiado tiempo en darse cuenta de que el relanzarse profesionalmente no es que sea un capricho, es que es una necesidad.
Uno lee y oye muchísimos mensajes acerca de la necesidad que existe de ello y de lo atractivo que puede ser, pero también por experiencia propia he de decir que ese "relanzamiento", es un objetivo harto difícil. Hay dos tipos de relanzamiento: el que supone cambiar de profesión tras muchos años de ejercer un empleo cualificado y el que deriva del tan manido emprendimiento. Ambos tipos son dificultosos de llevar a cabo y por razones harto diferentes.

Cambiar de profesión, si no es de la mano de personas que te introduzcan en otro medio resulta misión casi imposible con unos resultados positivos. Como en aquel gag de Faemino y Cansado: "¿yo que soy, hijo mio?"   "Esquimal..." "Pues entonces tu que vas a ser...hijo mio, pues esquimaaalll". Algunos nos negamos a seguir llevando el sello de esquimales pero parece que se nos condena a la incomprensión en nuestra obstinación por conseguirlo pese a haber cambiado radicalmente nuestro perfil profesional y haber elevado el árbol de nuestras capacidades profesionales al máximo. Relanzarte es difícil ya no solo cambiando de profesión, sino dentro de algunos puestos de trabajo, incluso al cambiar de sector productivo...

En cuanto al emprendimiento, es sabido que el llevar a cabo una idea de autoempleo que funcione si ya de por si es complicado por lo que supone encontrar una idea de negocio factible, se te acaba de complicar en el tema financiero y el fiscal...

No obstante y teniendo en cuenta todos estos factores, no hay que ser presa del desánimo ni dejar de buscar los impulsores que, ya sea desde la confianza ajena o desde la de uno mismo, nos relancen con fuerza hacia un futuro prometedor.